jueves, 29 de octubre de 2009

Para tener algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca has hecho!!

¿Cómo se pueden unir dos vidas que están a 7,923 kilometros de distancia? ¿O la pregunta sería?¿Qué puede unir a dos vidas que están a 7,923 kilometros de distancia? Tal vez tengo la respuesta, pero esta historia no existiría si la dijera en este momento.

Gabriel será el protagonista de nuestra historia, pero ¿quién es él? Tal vez en el transcurso de la historia lo conoceremos mejor, pero mientras tanto les puedo decir que es un soñador.

Gabriel estaba comprometido, a tan sólo 6 meses de casarse cuando un día eso se acabó, ¿Y saben qué es lo peor del amor cuando se acaba? Qué se acaba, pero para ella toda la vida fue mucho tiempo. Pero esa no es nuestra historia, así que pasemos a otro tema.

Él siempre ha pensado que las historias que no son planeadas son las que te dejan más en tu vida, porque cuando no esperas nada de la vida es cuando más te da, cuando tu corazón no espera sentir nada, es cuando más vivo te hace sentir.

Un día sin esperarlo, sin saber como ni cuando a Gabriel le dijeron que se iba a de viaje, ¿a dónde? A 7,923 kilometros, a dónde el destino lo tenía que llevar. Preparó todo lo necesario para emprender ese camino y viajó cruzando esta distancia, hasta llegar ahí, a ese lugar dónde nadie sabía, mucho menos él lo que iba a pasar.

Conoció la ciudad, disfrutó el viaje, hasta que una noche, que parecía ser como cualquier otra, llegó a ese lugar, la casa de todas las casas, y ahí estaba ella, Mirelle, nacida en ese lugar pero de padre español y madre polaca, una combinación de alegría de nacimiento, sangre latina y belleza europea.

Ella estaba ahí esa noche, sin esperar nada de la vida, él sólo esperaba pasar la noche, pero el destino tenía otro plan para ellos, bastó una mirada, una sonrisa, para que esta historia empezará, así la noche los acogio, bailaron, hablaron, desnudaron sus almas y empezó una historia que tal vez y sólo tal vez no tenga fin.

¿Pero qué pasó esa noche? Mirelle fue esa noche de sábado como cualquier otra a divertirse con sus amigas, normalmente iban a ese lugar, "la casa de todas las casas", mientras que Gabriel tenía esa noche libre durante su viaje y decidió junto con dos amigos más salir a tomar unos tragos, preguntaron y les recomendaron ese lugar.

Mirelle se arregló esa noche con un vestido negro que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, unos tacones negros, un poco de maquillaje para cubrir las resacas de la noche anterior y las imperfecciones que la vida le ha dejado, y dos pares de aretes uno corto y uno largo en cada oreja y al final se envolvió en la misma esperanza de todos los días, pero esperando que este día si llegue ese cambio en su vida.

Gabriel llegó al lugar a las doce de la noche, se acercó a la barra y pidió un trago, un vodka tonic, es lo que acostumbraba tomar. Recorrió el lugar para conocerlo, cruzó muchas miradas, hasta que llegó a la entrada nuevamente y la vió entrar, Mirelle platicaba con sus amigas, iban riendo, tal vez planeando la locura de esa noche, hasta que volteó a ver a Gabriel, para ese instante él ya se había perdido en su mirada, ella vio esa mirada entre la multitud y no pudo seguir, detuvo su mirada en la de Gabriel, y regresó la sonrisa que él le estaba dando, Mirelle siguió caminando con sus amigas, pero ya no a su ritmo, había reconocido esa mirada, la había estado esperando muchos años. Él decidió seguirla, se acercó le sonrió y le dijo: Hola, perdón el atrevimiento pero sólo quiero decirte que estás muy linda y no pude evitar decirtelo, Mirelle le sonrió y le agradeció las palabras, Gabriel se quedó callado por un instante ya que no supo que decir, su cabeza pensó muchas preguntas, hasta que salió la más brillante que pudo encontrar ¿Vienes mucho a este lugar? Yo soy de México, es la primera vez que vengo. Mirelle le sonrió y le contesto que sí, que acostumbraba ir los fines de semana.

Y así empezaron una platica que se alargó por varias horas, pasando por a que se dedicaban, por qué Gabriel estaba en ese lugar, pequeños detalles de su vida, y grandes momentos que les habían cambiado la vida para bien o para mal, halagos mutuos, bailar, sonreirse, hasta ese momento mágico, en el que Gabriel acercó sus labios hasta los de Mirelle y se fundieron en un beso, en un instante eterno, parecía que el tiempo se había detenido, que el mundo había dejado de girar durante ese momento, que el universo se había encargado para hacer ese momento tan especial, cómo lo estaban sintiendo ellos, en veinte segundos los dos sintieron diferentes sensaciones, Gabriel por su parte recordó que su corazón todavía tenía mucho que dar, y Mirelle recordó que aún estaba viva, que a pesar de pensar que su vida ya no tenía sentido, en ese momento poco a poco fue recordando quien era ella, y que todavía tenía mucho que dar.

Por un instante en esa noche, esa noche eterna él se rindió ante ella tal vez sabiendo que estaba a miles de kilometros de casa y esa noche no tenía nada que perder y una sola oportunidad para ganar, aunque en ese momento no sabía que podía ser, pero simplemente sabía que si se entregaba esa noche su vida cambiaría en ese momento, un momento eterno para ellos.

Ella no sabía lo que estaba pasando en su cuerpo, sentía una extraña sensación que no sentía hace mucho tiempo, que su mente empezó a viajar a sentimientos que nunca antes había experimentado pero sabía que si esa noche los dejaba vivir su vida nunca más sería la misma.

Así fue transcurriendo esa noche de octubre, aunque sus corazones sabían que era eterna, cada minuto que pasaba parecía un segundo, cada instante de esa noche se les escapaba de las manos, pero se volvían recuerdos que guardaron en su mente y en su corazón, y simplemente sabían que valía la pena porque estaban pasando la mejor noche de su vida.

En el peor antro, a la peor hora, la vida nos hace cambiar de rumbo para darnos cuenta que no esperamos a nuestro destino sino que caminamos hacía el, y que bastó con girar la cabeza y encontrar esa mirada perdida entre tantas soledades, pero que irradiaba tanto esa mirada, que se abandonó en la mirada de Gabriel.

Salieron de ese lugar a las seis de la mañana con un cansancio físico, unos tragos de mas, pero con los sentimientos a flor de piel, queriendo que esa noche no se acabara.

Llegaron al hotel de Gabriel, se vieron a los ojos y se reconocieron, se perdieron en esa mirada y Gabriel se fue acercando a su mejilla, le dio un beso y le dijo que no quería arruinar esa noche, Mirelle le sonrió y le respondió que nada podría arruinar esa noche, y lo besó se acerco a él y lo abrazo mientras se seguían besando, Gabriel la abrazó y ella se sintió en el lugar más seguro en el que podía estar.

Así esa noche siguió su rumbo y se entregaron en cuerpo y alma, terminando acostados, abrazados, culminando esa noche eterna.

Durmieron veinte minutos y Gabriel se metió a bañar, tenía que ir al evento por el cual había hecho ese viaje, terminó de arreglarse y la despertó con un beso. Los estragos de la noche no se hicieron esperar los dos estaban cansados, con dolor de cabeza y sin embargo estaban felices, sabían que había valido la pena.

Mirelle tomó una hoja y pluma y le escribió la siguiente nota:

Amore, gracias por regalarme la mejor noche de mi vida, por recordarme quien soy en realidad y regresarle una ilusión a mi existir, antes de ti mi vida había perdido el sentido de ser, eres un gran hombre pero sobrtodo eres un excelente ser humano.

En otra hoja le apunto su número celular y su mail.

Se despidieron con un beso, un abrazo, una sonrisa y sabiendo que muy probablemente no se iban a ver otra vez. Salieron del cuarto y Gabriel la acompaño hasta el sitio de taxis, y así cómo muchas veces le había pasado, vio partir algo que quería en su vida.

MIRELLE ANTES DE GABRIEL.

Mirelle es una mujer de 29 años, trabaja en una compañia nacional como secretaria de la dirección general, lleva dos años ahí, vive sola, su vida no es de las que se podría decir que son fáciles, pero ella sabe que todo lo que le ha pasado la ha hecho quien es ahora.

Mirelle mide 1.70 metros, tez blanca, cabello negro, ojos color café, una sonrisa casi perfecta, complección delgada, con un cuerpo hecho a base de dos horas diarias de gimnasio, tiene una cicatriz en el muslo derecho, esto a causa de su madre, cuando tenía 3 años, entró a la cocina y sin querer su madre tropezó y tiro el agua que había puesto a hervir para su café.

Antes de entrar a trabajar ahí, vivió 3 años en Europa, siendo mesera en un bar, la vida la había llevado a ese lugar, despues de haber sufrido la mayor decepción en su vida, llevaba un año de casada y un día fue de vacaciones a visitar a su prima, decidió regresar para darle una sorpresa a su esposo, y ella fue la que se llevó la sorpresa, al encontrarlo en casa con otra mujer, en ese momento a Mirelle se le partió el corazón y fue por eso que decidió dejar todo atras. A partir de ese momento se vovlió fría, dejó de creer en el amor.

Su infancia tampoco fue fácil, recuerda que era común ver a sus padres discutir, hasta que un día, su padre se cansó de vivir así y se fue de la casa, dejando solos a Mirelle, su madre y su hermano pequeño.

A los 23 años se casó, tal vez presionada porque su madre y hermano habían decidido irse a vivir a Europa, y ella no quería dejar ese lugar, fue una boda pequeña con 60 invitados.

Tal vez por estos acontecimientos Mirelle había dejado de creer en la gente, en el amor y tal vez en la vida misma, pero lo que sí, es que había dejado de creer en ella misma.

miércoles, 14 de enero de 2009

Mi harmónica y yo, jajajajaja

No siempre canto así

Camino a la fama!!

Tal Vez

Tal vez un día, un día oscuro
Todo tenga que acabar
Y la alegría de estar juntos
Toque su punto final
Tal vez se gaste la compañía
Tal vez se agoten tus ganas y las mías
Tal vez la vida tome otro rumbo
Y lo tengamos que aceptar
Tal vez los planes sean siempre planes
Tal vez los sueños se diluyan en el tiempo
Tal vez alguno encuentre a alguien
Que encienda más sus sentimientos

Tal vez sí y Tal vez no
Pero podemos dar amor a cada paso
Y podemos ser felices mientras tanto

Tal vez lo nuestro dure por siempre
Y sea un eterno comenzar
Tal vez el fuego se haga más fuerte
Y sea imposible de apagar
Tal vez los sueños, como semillas
Broten mañana en el jardín de nuestras vidas
Tal vez ganemos la gran batalla
Que libran todos contra la rutina
Tal vez un día un día lejano
Estemos juntos lado a lado
Con ganas de seguir luchando
Por la felicidad de amarnos

Tal vez sí y Tal vez no
Pero podemos dar amor a cada paso
Y podemos ser felices mientras tanto
Pero podemos dar amor a cada paso
Yo creo que vale la pena intentarlo ...........................................

Palabras de Rodrigo Rojas, pero que no podrían describir mejor todo lo que siento y todo lo que me haces sentir.

Tenoch..